El palacio de minería.
El PALACIO DE MINERIA
En 1774 Lucas de Lessaga y Joaquín Velázquez de León propusieron al rey Carlos III el establecimiento del Real Tribunal de Minería, entre cuyas funcones se incluyó la de crear y sostener un colegio para la enseñanza y el desarrollo de esa industria. Aquel cuerpo se fundó en 1783 y la escuela, en un local provisional, el 1° de enero de 1797. Ese mismo año se acordó levantar un edificio especial para el Colegio en la calle de Tacuba, en una predio que desde 1793 se había adquirido para ese propósito. Los planos se le encargaron a Manuel Tolsá y la obra dio principio de inmediato. En 1811, cuando ya había estallado la Guerra de Independencia, pudo trasladarse la institución a su sede definitiva, aun cuando los trabajos de construcción se terminaron hasta el 3 de abril de 1813. Pronto hubo desplomes y aparecieron cuarteaduras a causa del asentamiento del suelo. Entre 1830 y 1834 hizo las reparaciones el arquitecto francés Antonio Villard y durante ese lapso el Colegio se trasladó al Palacio de Iturbide. En 1867 se extinguió el Colegio y nació en su lugar la Escuela Nacional de Ingeniera. Diez años después a la oriente del edificio fue ocupada por el Ministerio de Fomento, más tarde convertido en Secretaría de Agricultura; y el entrepiso de la opuesta, por una escuela primaria y la Sociedad Agrícola. Ahí estuvieron también por algún tiempo la Escuela Nacional de Jurisprudencia y la Cámara de Diputados.
El edificio ocupa una superficie de 7606m2. La fachada principal tiene una longitud de 90 , y se compone de tres cuerpo: el piso bajo y el entresuelo llevan cornisas a todo lo largo, y el tercero o principal, un entablamineto completo, coronado por una balaustrada con remate. La portada cdentral tiene tres arcos semicicirculares, enmarcados por columnas dóricas estriadas -pareadas en los extremos- que soportan el entablamiento y una cornisa de la que parte el segundo piso, con tres balcones y columnas jónicas al eje de las inferiores. Remata a la composción una frontón de tímpano escueto y el cuerpo del observatorio con cinco vanos. Las portadas laterales están sobrepuestas; tienen columnas dóricas, grueso entablamiento y un frontón curvo roto. De los tres pisos sólo el principal muestra pilastras que parten de la cornisa del entresuelo. Las fachadas laterales son igualmente sobrias y monumentales, inspiradas en la estética de la línea recta. En el vestíbulo aparecen los nombres de Frausto de Elhuyar, Joaquín Velázquez de León y Andrés del Río; y en 1893 se colocaron allí por Antonio del Castillo, directos de la Escuela, cuatro grandes meteoritos: uno fue descuierto por el capitán Antonio de Espejo en 1561 y los otrs proceden del estado de Chihuahua. El patio, de 26 m y cinco entrejes por lado, presenta arcos almhadillados de medio punto en el piso bajo, flanqueador por columnas dóricas, y dobles apoyos jónicos en el alto, de los que parten arcos muy rebajados. Completan la composición finas balaustradas y remates en forma de macetones. La escalera, amplia y de suave pendiente, tiene dos tramos inciales y está alojada bajo las arcadas que soportan una airosa columnata. En la capilla se conservan tres pinturas de Rafael Jimeno y Plames: una imagen de la Virgen de Guadalupe, en el altar, y en el plafón una Asunción de María y El milagro del Pocito. Desalojadas de las oficinas ajenas y restaurado el edificio por los ex-alumnos de la Escuela, entre 1970 y 1976, el magnifico Palacio, muestra eminente del estilo neoclásico, sirve ahora a la Univesidad Nacional Autónoma de México como sede de cursos especiales, eventos culturales y ferias del libro.
En 1774 Lucas de Lessaga y Joaquín Velázquez de León propusieron al rey Carlos III el establecimiento del Real Tribunal de Minería, entre cuyas funcones se incluyó la de crear y sostener un colegio para la enseñanza y el desarrollo de esa industria. Aquel cuerpo se fundó en 1783 y la escuela, en un local provisional, el 1° de enero de 1797. Ese mismo año se acordó levantar un edificio especial para el Colegio en la calle de Tacuba, en una predio que desde 1793 se había adquirido para ese propósito. Los planos se le encargaron a Manuel Tolsá y la obra dio principio de inmediato. En 1811, cuando ya había estallado la Guerra de Independencia, pudo trasladarse la institución a su sede definitiva, aun cuando los trabajos de construcción se terminaron hasta el 3 de abril de 1813. Pronto hubo desplomes y aparecieron cuarteaduras a causa del asentamiento del suelo. Entre 1830 y 1834 hizo las reparaciones el arquitecto francés Antonio Villard y durante ese lapso el Colegio se trasladó al Palacio de Iturbide. En 1867 se extinguió el Colegio y nació en su lugar la Escuela Nacional de Ingeniera. Diez años después a la oriente del edificio fue ocupada por el Ministerio de Fomento, más tarde convertido en Secretaría de Agricultura; y el entrepiso de la opuesta, por una escuela primaria y la Sociedad Agrícola. Ahí estuvieron también por algún tiempo la Escuela Nacional de Jurisprudencia y la Cámara de Diputados.
El edificio ocupa una superficie de 7606m2. La fachada principal tiene una longitud de 90 , y se compone de tres cuerpo: el piso bajo y el entresuelo llevan cornisas a todo lo largo, y el tercero o principal, un entablamineto completo, coronado por una balaustrada con remate. La portada cdentral tiene tres arcos semicicirculares, enmarcados por columnas dóricas estriadas -pareadas en los extremos- que soportan el entablamiento y una cornisa de la que parte el segundo piso, con tres balcones y columnas jónicas al eje de las inferiores. Remata a la composción una frontón de tímpano escueto y el cuerpo del observatorio con cinco vanos. Las portadas laterales están sobrepuestas; tienen columnas dóricas, grueso entablamiento y un frontón curvo roto. De los tres pisos sólo el principal muestra pilastras que parten de la cornisa del entresuelo. Las fachadas laterales son igualmente sobrias y monumentales, inspiradas en la estética de la línea recta. En el vestíbulo aparecen los nombres de Frausto de Elhuyar, Joaquín Velázquez de León y Andrés del Río; y en 1893 se colocaron allí por Antonio del Castillo, directos de la Escuela, cuatro grandes meteoritos: uno fue descuierto por el capitán Antonio de Espejo en 1561 y los otrs proceden del estado de Chihuahua. El patio, de 26 m y cinco entrejes por lado, presenta arcos almhadillados de medio punto en el piso bajo, flanqueador por columnas dóricas, y dobles apoyos jónicos en el alto, de los que parten arcos muy rebajados. Completan la composición finas balaustradas y remates en forma de macetones. La escalera, amplia y de suave pendiente, tiene dos tramos inciales y está alojada bajo las arcadas que soportan una airosa columnata. En la capilla se conservan tres pinturas de Rafael Jimeno y Plames: una imagen de la Virgen de Guadalupe, en el altar, y en el plafón una Asunción de María y El milagro del Pocito. Desalojadas de las oficinas ajenas y restaurado el edificio por los ex-alumnos de la Escuela, entre 1970 y 1976, el magnifico Palacio, muestra eminente del estilo neoclásico, sirve ahora a la Univesidad Nacional Autónoma de México como sede de cursos especiales, eventos culturales y ferias del libro.
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